miércoles, 6 de agosto de 2014

KARATU




Ayer, día 5 de agosto de 2014, lo pasados íntegramente en Karatu, visitando dos organizaciones que hacen que la vida de los demás sea más sencilla aquí, pues si bien sus gentes son alegres y bienintencionadas por estos lares, no es de ninguna de las maneras un camino de rosas para la gran mayoría.


Nos centraremos por tanto en este capitulo especial en explicar el trabajo y los objetivos de MwemaChildren y Fame Medical (FundationforAfrican Medicine &Education), así como nuestras impresiones y algunas reflexiones tras pasar el día en estas instituciones en las que trabajan dedicadamente personas excepcionales.



Para los escépticos, que aquí nos conocemos todos, no vayáis a pensar que nos hemos apuntado a un tour ONG de guiris, lo cierto es que conocemos estás organizaciones a través de familiares (ver Out of África para más info), quienes abnegadamente han trabajado y trabajan en ellas.Simplemente queríamos pisar sobre sus pasos para conocer a lo que se han estado dedicando en esta vida. Doy fe que se trata de un gran trabajo.



Aunque Mwema, nuestra principal y primera visita del día, no está muy lejos del hostel donde nos hospedamos, habíamos quedado con Lohay para ir juntos hasta ahí, principalmente porque no teníamos ni idea de donde estaba el lugar exactamente. Lohay es un antiguo colaborador de esta organización, y conoce a sus directores desde los tiempos en los que éstaaun no había sido montada y sus fundadores se dedicaban a otras actividades también centradas en ayudar al prójimo.



Como breve historia, nos han contado que Mwema es una organización no gubernamental (ONG de toda la vida) fundada en 2006 por una serie de amigos que trabajaban por aquel entonces en Médicos del Mundo, tanzanos y españoles principalmente. Puedo decir orgulloso que mi prima Inés está entre ellos.



Desde sus inicios, la principal misión es ocuparse de los niños que crecen en las calles de Karatu y que tienen abandonado no solo sus estudios, sino también su vida en términos generales. Por llevar al resumen extremo la misión, se trata de velar por los derechos y la dignidad de la infancia enKaratu. Los fundadores, sensibilizados con la dramática situación de los niños de las calles, y colaborando con una fundación tanzana encargada de un orfanato local (Shalom ChildrenFundation Trust Fund), decidieron que tenían que organizar una institución que se ocupara de este drama y así se pusieron manos a lo obra. Comenzaron en casas alquiladas acogiendo niños y dando clases, para poquito a poco ir creciendo hasta adquirir una pequeña propiedad sobre la que han construido varios edificios en los que desarrollan sus actividades.



Esto fue en torno a 2010, y ya en 2014 asisten a diario a unos 60 niños, a quienes dan de desayunar y de comer, al tiempo que dan clases y encarrilan en la vida. Esto es, estimulan a aquellos a quienes los estudios interesan y se les da bien a continuar ese camino, y por el contrario, con aquellos menos interesados en estudiar se ocupan de motivar adecuadamente y encaminar a que aprendan un oficio.



La labor no es sencilla, hablamos de dos situaciones principalmente: por un lado están los chicos que por la razón que sea, habiendo estudiado previamente algún año en el colegio, lo han dejado para volver a la calle como vendedores ambulantes o simples maleantillos. En este caso, las personas que trabajan en Mwema tratan de captarles e intentan que vuelvan a retomar los estudios preparándoles en las clases que se imparten ahí. Digamos que es la parte más académica de la organización en el sentido de que sirve como de academia intensiva para quienes, teniendo una base, pueden volver a las aulas reciclándose aquí y dando el paso más adelante a la escuela secundaria en el sistema público tanzano.



Por otro lado están los chiquillos que viven en las calles y que provienen de entornos más complicados, bien de una familia desestructurada (a lo bestia) en la que la madre es alcohólica y el padre ha desaparecido; niños adictos a las drogas desde la más tierna infancia; prostitución infantil; o simples almas de cántaro que no tienen donde ir y solo han conocido la dureza de una calle africana. A esos niños lo primero que tienen que hacer es desintoxicarles, si es el caso, y lo segundo es encontrar un lugar donde meterles. Es clave indagar sus circunstancias, hablar con la familia (si la tienen) o encontrar a algún pariente que quiera ocuparse de ellos mientras se rearman de valores y comienzan a educarse. Para quienes directamente no tienen ningún lugar donde ir, existe una pequeña residencia en Mwema donde actualmente caben unos 15 niños, eso si, algunos comparten cama. En poco tiempo se instalarán las literas pertinentes para llegar a tener 18 camas, y con un poco de suerte (y dinero) en no mucho tiempo podrán expandirse y construir la misma residencia para chicas, ya que en esta misión en concreto no se mezclan niños y niñas, siendo de momento únicamente masculina. El resto de las actividades: clases, deportes, etc son mixtas y conviven niños y niñas perfectamente.



Nada más llegar Mwema, nos recibióDismas, que es el trabajador social de la organización, junto con Yohana que se dedica a las labores de administración. Al poco se unióDaudi, el jefe de profesores y que nos ha recordado extremadamente a nuestro buen amigo Dani, “el Preso” (otro que se parte el lomo a diario por los más desforecidos), a quien mandamos un grandísimo abrazo. Tras charlar largo y tendido sobre la misión de Mwema hemos comenzado nuestra visita, primero por el edificio administrativo y continuando por las aulas.



El primer contacto con los chicos ha sido francamente inolvidable. Hemos entrado en la clase y los chavales se han levantado automáticamente, nos hemos presentado en suahili los tres sucesivamente y hemos explicado a los chavales a que nos dedicamos y cual es, en nuestra opinión, la importancia del conocimiento y el estudio. Hemos charlado con ellos hasta acabar, irremediablemente hablando de futbol, que es el idioma más universal y los profesores nos han pedido que les diéramos un consejo. Importantísima responsabilidad la de dar un consejo a personas cuyas circunstancias distan tanto de las nuestras y que la vida ha ido a colocar en un sitio del mundo infinitamente más hostil que España. Me habría gustado, personalmente, explicarles que es la cultura y el conocimiento la única patria que verdaderamente merece la pena y que solo a través del estudio somos capaces de ser libres verdaderamente y cambiar el mundo, comenzando por conocerlo y entenderlo, que no es poco. Pero así, en frio, el discurso ha sido menos erudito y nos hemos limitado a animarles a seguir estudiando y dar valor a lo que tienen, que es mucho gracias a la labor que las personas de Mwema hacen con ellos: Cariño, comprensión, apoyo, sustento y motivación, mucho más que la más grande montaña de Ipads, Iphones y Play Stations del mundo.



Más tarde, en la residencia de los que no tienen donde ir, hemos visto la litera de uno de los chavales más aplicados. Todo lo que tiene en esta vida es una maleta pequeña y raida, unos apuntes en papel húmedo, de mala calidad y una vieja y pequeña manta. Eso y su cerebro. Nos ha impactado mucho la verdad, pero refuerza la teoría pormuchos conocida que no hay limites para un hombre motivado y nada es imposible para quien tienen un objetivo y pone todo de su parte para conseguirlo. Siempre va a haber un Mwema que te ayude y te ponga en la casilla de salida, y sino, solo con cuidarlo y estimularlo de la manera que puedas, por humilde que sea, será tu cerebro tu mejor herramienta para medrar en la vida, por muy bajo que sea el inicio materialmente.



Al poco de estar con los chicos ha llegado Elibariki, que además de ser uno de los fundadores de Mwema es la persona encargada de la institución sobre el terreno. Con él hemos continuado el tour, incluido el paso por las cocinas (donde se cocina con carbón) y hemos recibido una clase magistral de cocinar ugali, la comida tradicional tanzana por excelencia y que viene a ser unas gachas españolas sin sustancia, simplemente harina de maíz y agua, que luego acompañas con otras cosas como verduras, carne, pescado o lo que toque. Ayer lo que tocó fueron verduras (una especie de espinacas y acelgas algo amargas pero ricas) y hemos compartido el ugali con nuestros anfitriones mientras seguíamos charlando y conociendo un poco más de la labor que llevan a cabo. Esta operación, por cierto, se hace con la mano. Estoy seguro que a nuestras madres, educadas en los modales españoles de más regio abolengo, les habría encantado vernos llevar a cabo esta operación, pero es lo que hay: Do in Rome whatromans do!!!



Debo decir y entonar el mea culpa, ya que siempre he sido una persona escéptica con las ONG, de los que siempre han visto los toros desde la barrera, y no es que ayer hiciera grancosa, pero poner cara a la gente y voz a las historias; poder ver realmente donde están, que hacen y a quien están sacando adelante, desmonta cualquier teoría absurda y frívola construida desde la barra de un bar español. Dan ganas de desprenderse de lo que uno lleva encima solo por agradar a unos chavales que te miran con los ojos con los que nosotros hemos mirado a nuestros más grandes ídolos de la infancia. Es algo difícil de explicar y recomiendo a todo el mundo que esté interesado en conocer las realidades de este ancho lugar llamado mundo a hacer el petate y acudir a arrimar el hombro en lugares como este. Sin duda alguna abre la mente y estimula el pensamiento de que no es feliz el que más tiene, sino el que menos necesita.

Es un gran chute de humildad, pero como todo chute hay que ir asimilando poco a poco y procesar serenamente para que el primer impulso de ayudar, cuaje en verdadera ayuda tras los 20 maravillosos días de agosto que rompemos con nuestra rutina.



Ahora mismo los principales objetivos de Mwema son dos: expandir su terreno para poder construir una chancha de baloncesto donde estimular las habilidades deportivas de los muchachos (mens sana in corpore sano) y construir la residencia para chicas que no tienen donde ir. Todo aquel interesado en colaborar de alguna manera con Mwema puede comenzar visitando su página web que es la siguiente: www.mwemachildren.org o enviando un email a esta dirección: mwemastreet@yahoo.com. También puede ponerse en contacto con cualquiera de nosotros y con mucho gusto les derivaremos a los encargados de la organización para que puedan conocer cuanto quieran de esta importante misión. Cualquier ayuda es bienvenida, no solo dinero. Desde un voluntariado hasta cualquier cosa que se quiera mandar es muy apreciada.



Por no absorber todo el tiempo a nuestro amables amigos de Mwema, a eso de las 14:30 hemos acudido a visitar FAME Medical, un hospital fundado por un matrimonio norteamericano y que se encuentra erigido sobre una colina a las afueras de Karatu.



La historia de este matrimonio es completamente acojonante y da para película de Holywood, una de las buenas además. Dr Frank y su mujer, Susan, son dos norteamericanos de California, él antiguo anestesista y ella había trabajado en un psiquiátrico. Ambos han viajado alrededor del mundo incansablemente pero siempre volvían a su buena vida californiana y a sus trabajos. En 2002, Dr. Frank se puso muy malo tras escalar el Kilimanjaro, con un edema pulmonar y fue atendido en Tanzania “de aquella manera”. Ahí fue cuando este hombre se cayó del caballo y decidió que en Tanzania hacían falta muchos más médicos que en California con lo que, tras consultarlo con su mujer,volvieron a casa, liquidaron todas sus propiedades, dejaron sus trabajos y se fueron a Tanzania a montar un hospital.



No hemos tenido la suerte de conocer a Susan, pero si hemos podido estrechar la mano a Dr. Frank y charlar un rato con él en el hospital. No hace falta decir que es un tío muy muybelo, fuerte, grande, estilo Ranger John en médico. Puede tener un aire al mítico del bigote de Tres Hombres y una Pequeña Dama, el que se queda con la piva. Típica persona que la ves y sabes que se come el mundo e irradia positividad. El hospital en sí es absolutamente acojonante, sobre todo teniendo en cuenta que Dr. Frank empezó asistiendo a la peña en su pick-up truck de manera ambulante en 2006, y en 2008 inauguraron su primer edificio.



Hoy en día cuentan con 2 quirófanos, 12 camas (pronto 32), primeros auxilios, urgencias 24 horas, consultas, 6 médicos (todos ellos tanzanos), 21 enfermeras (tanzanos también), y unos 6 médicos voluntarios. Su ambición por crecer y ayudar no tiene límites.Para diciembre de este año pretenden inaugurar la maternidad y no dentro de mucho una sala de rayos x ya que de momento operan sin saber muy bien que se van a encontrar.



Como detalle decir que entre otras lindezas tienen que lidiar con picaduras de mamba negra y cuando alguien se presente de esa guisa, además de darle una primera asistencia, le meten en la ambulancia en dirección a otra ciudad donde hay un banco de antídotos. Desde el banco sale otro vehículo y se lo administran en el punto en el que se encuentran. Algunas veces se salvan y otras no, pero esto es África y la vida es dura, más que en la mayoría del mundo.



En este hospital, si bien no están interesados en acoger estudiantes de medicina, son muy apreciados todos aquellos médicos ya formados que quieran ir a compartir sus conocimientos con ellos (residentes españoles valen, pues mi prima Concha, analista clínico estuvo con ellos un verano). Está muy valorado que asistan los especialistas, ya que los médicos tanzanos son médicos generales y cuando aparece por ahí un especialista les viene muy bien para que sus propios médicos puedan profundizar en cada rama médica y así hacer crecer el hospital.



Todos aquellos interesados en conocer este lugar e incluso aplicar para un voluntariado médico pueden hacerlo en la siguiente web: www.fameafrica.org.



Por lo mucho que nos ha impresionado esta historia, por lo altruista y admirable que nos han parecido Dr. Frank y su mujer Susan y por lo tuti y fetén que tienen el hospital, les dedicamos este temazo de Juan Luis Guerra, con la serena tranquilidad de saber que en su hospital jamás se pondrá el estetoscopio de fiesta ni se usara el suero para endulzar el café:







Y a todos aquellos que de manera abnegada y altruista dan lo mejor de sí en todas las partes del mundo para que los pobres, los menesterosos, los débiles, los desfavorecidos, los que sufren, los que no tienen familia y los que están desesperados encuentren un poco de luz en sus vidas, les dedicamos este otro, con la certeza de que la ayuda de tantas personas de buen corazón sea el café en el campo que tanto necesitan tantas otras personas. Ojala que llueva café para ellos:



 



Y ahora si que si, a las 22:15 del 5 de agosto de 2014:


Lala salama rafikis.



Zunzu&Tala&Chelas
















1 comentario:

  1. Muy belo chavales ahí arrimando el hombro.

    Cuidado con el ebola que lo está petando en Africa, según cuentan los periódicos.

    Sobre voluntariado os recomiendo leer a nuestro amigo Nacho en su blog "La sonrisa de Peter Pan". El también ha visto la verdadera cara de la vida.

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