viernes, 8 de agosto de 2014

LA SOMBRA DE UN GIGANTE

Habari asubuhi amiccis!!

Conectamos de nuevo con todos nuestros seguidores, esta vez desde Moshi, a los pies del coloso, donde llevamos un par de días reposando en esta calma tensa en la que nos encontramos a las puertas de la gesta.

Os habíamos dejado en Karatu, donde pasamos el día conociendo “la otra Tanzania”, la que no sale en la Lonely Planet. Nuestra última jornada en Karatu, a los pies del Ngorongoro, la dedicamos ha colgar el blog en internet, labor nada sencilla por cierto pues el ciber café al que acudimos en Karatu (el único que hay diría yo) tenia una conexión “pole pole pole pole pole pole pole” de las que cuando se conecta el router parece que está estableciendo un encuentro en la tercera fase con una lejana galaxia.

Además, el más difícil todavía…habíamos perdido nuestro único pen drive y teníamos que tirar de ingenio para pasar el blog del mac book de Zunzu a un ordenador “Juventino”, vecchio signoro!!! Para los que os preguntéis como podemos colgar un producto de tanta calidad, como es Hakuna Manjiatta, en un entorno tan tecnológicamente desierto, debéis saber que viajamos con un ordenador portátil y que aprovechamos horas muertas, siempre presentes en la vida del mochilero, para ir redactando cosillas. Aunque normalmente soy yo (Chelas) el encargado de poner negro sobre blanco, los artículos se escriben siempre previamente con la cabeza y nos pasamos el día los tres charlando, discurriendo y pariendo nuevas chorradas que vamos comentado como trasladar al blog.

Pero bueno, me dejo de explicaciones y vamos al grano. Realizas las gestiones y colgado el blog, volvimos a la casa de ejercicios luterana a pagar la cuenta, que tenia su miga pues habíamos hecho colada, dormido dos noches, cenado ambas y consumido bastantes refrescos. La cosa ya empezaba cuesta arriba toda vez que habíamos prometido a la señora del hostel que volveríamos en una hora a recoger, hora que se convirtió en más de dos (sonrisa total y sonoro hakuna matata para solucionarlo). Obviamente en este país la cuenta no te la traen en papel de factura y desglosada, al gusto de la AEAT (de los cojo…) sino que en un cacho de papel la apuntan como antiguamente en las tiendas de ultramarinos. Además, nos habíamos quedado sin shillings así que había que pactar el tipo de cambio de dólares a tanzanos. La buena mujer se armó un lio de tres pares y la verdad es que nos salió muy bien la jugada. Somos gente honrada, pero nos limitamos a pagar lo que nos piden y si nos sale a ganar y ellos han hecho los números…pues eso, hakuna matata. Lamentaplamente en la verja de salida del recinto, cuando la rebajilla se palpaba, la señora salió corriendo y nos confirmó lo que ya sabíamos, que se había trabado con la cuenta y la debíamos unos 20 bucks por barba más. Liquidamos y a la estación de autobuses.

Conceptos como estación de autobuses en Africa distan bastante de lo que son en España. Ya habrá tiempo más tarde de describirlas cuando hablemos de la de Arusha, la más extreem hasta el momento, pero sirva de adelanto que la de Karatu es una plaza muy grande de albero, sin asfaltar donde están aparcados todo tipo de vehículos de lo más variopinto y flanqueada por comercios también del más diverso pelaje. Gracias a Lohay supimos que el precio hasta Arusha en una furgonetilla era de 7.000 sh (3 €) por barba y que el truco del almendruco estaba en pillar una fila entera pagando 7.000 más porque estas furgonetas (estilo Chrysler Voyager, también conocida como “Crisler Balaguer” mítica) las petan hasta la bandera. En la fila de asientos que en cualquier coche caben 3, aquí meten 4 con lo que contando con el copiloto pueden trasladar a 9 personas por viaje, eso si, incomodos es poco y con las maletas por encima. En nuestro caso, nuestros compañeros de viaje eran dos chicos locales, una australiana (bastante bela) que insistió igual 20 veces sobre si el viaje era con paradas o sin ellas, dos masai hombre y mujer, y nosotros tres atrás del todo. Ni que decir tiene que el masai iba de copiloto. Seguimos sin tratarles mucho, pero cada día esta más claro que son bastante jefes.

Debemos decir que una cosa muy muy bela de las estaciones de autobuses africanas, es que siempre hay un bus disponible a cualquier hora del día, al menos para distancias cortas y es bastante chocante cuando llegas a la estación y preguntas: a que hora sale el bus a Arusha (por ejemplo)??? Y contesta el propio: cuando quieres ir?? Ahora mismo?? Pues ahora hay uno. Por la cara. Exactamente igual nos pasó en Arusha para ir a Moshi, igual es casualidad pero nos tiene completamente anonadados el tema.

El viaje se hizo pesadito por lo incomodo del vehículo aunque fueron dos horas aprox que aprovechamos para ir leyendo la guía y buscar morada en Arusha, ya que el hostel que teníamos reservado, además de ser para un día después la reserva, en la Lonely Planet poco menos que lo describían como un infecto pozo di merda.

Y la Lonely Planet es nuestro Corán, el Alfa y el Omega, la fuente de la eterna sabiduría…

También supimos por esta noble editorial que la estación de Arusha es la autentica jungla, el epicentro mundial de los vendedores de safaris coñazo. En palabras textuales de la guía: en lo que respecta a cazadores de clientes callejeros, Arusha es el peor lugar de Tanzania con diferencia (…) Llegar a la estación central puede ser una experiencia traumática. Se trata de un lugar intimidante y caótico por las mañanas y es una guarida de timadores. En este blog derrochamos espíritu y buen humor, con lo que después de leer esto en voz alta, no faltaron los “que belo” como replica, pero también acordamos que lo mejor sería ofrecer unos shillings de más a nuestro conductor y que, tras dejar a los demás en la estación, nos llevara él mismo al hostel seleccionado, el belisimo Raha Leo donde hemos dormido por el módico precio de 10 dólares, desayuno incluido.

Una de las beleidades que disfrutamos en Raha Leo por primera vez en lo que llevamos de singladura fue wi fi, con el que podernos conectar a Paulinos de la Priva, Raqueros en el Valle, Mini Horneado, Chaz Oficial Comunio, Magdalena HC, La Quebrada de Galt, Comunieros Talaveranos o Gente Cobaxa, algunos de los grupos a los que pertenecemos y de cuyas fuentes bebemos nuestras risiones y mitiqueces. Un fuerte abrazo a todos sus miembros por cierto. Eso si, este internet, además de funcionar de pena costaba 3.000 sh la media hora y la verdad, al final no salían las cuentas.

Serían las 16:00 y no habíamos comido, así que sin pensarlo dos veces pusimos proa a Mc Moodys, una especie de hamburguesería/restaurante belo con maitre en pajarita que servía hamburgos y alitas de pollo. Algo desconcertante la verdad, un poco rollo el restaurante al que van los protas de la peli Grease, pero sin camareras simpáticas a las que tocar el culo tras traerte un batido y con motivos africanos y familias musulmanas poniéndose mauricias. Hamburgo tocho por barba y alitas de pollo que picaban más que un bocata de jalapeños con tabasco. Ya está bien de tanto ugali y tanta acelga, hombre ya!!!

Con el estómago lleno y el mono de fast food (aunque bastante home made por cierto) saciado nos fuimos a disfrutar de las beleidades de Arusha, comenzando y terminando por el mercado central donde nada más poner un pie fuimos asaltados por chavales vendedores de safaris, de ascensos al Kilimanjaro, conseguidores de todo y en este caso guías del mercado que se ofrecieron (a la manera que se ofrecen aquí que es sin despegarse de ti) a enseñárnoslo “gratis”. Gratis con propina final claro.

El mercado belillo, tampoco nada del otro mundo aunque nos pareció bastante sorprendente los sacos y sacos infinitos de chanquetillos secos que almacenaban ahí. Los tíos alucinaron cuando les dijimos que ese tipo de pesca estaba prohibida en España. Lo cierto es que el rollo Pezqueñines no gracias, no ha calado por aquí todavía.



Algo muy belo que pudimos admirar desde el mercado fue el Monte Meru, volcán de 4.566 metros que preside Arusha como el Misti preside Arequipa. Se trata nada menos que de la segunda montaña más alta de Tanzania y a su vez la novena más alta del continente.



De vuelta al hostel alquilamos el móvil al de la recepción por 500 sh para poder llamar al bueno de Ricardo Naveda, santanderino de cuna y actualmente vecino de Arusha. Ricardo lleva ya muchos años en Arusha trabajando como piloto de aviones, y si ya era todo un mítico antes de venir, podéis haceros a la idea los que llevéis tiempo sin verle que aquí su mitiquez no ha hecho sino subir como la espuma. Sobrevolar Tanzania a diario y aterrizar en aeropuertos imposibles no lo hace cualquiera, está claro.

El objetivo era nítido y preconcebido desde hacia dias: la tropa quería marcha y Ricardo era el hombre para enseñarnos donde se esconde el copeteo en Arusha. Llevábamos en este punto 8 días viajando y salvo alguna birra suelta y unos tapones de Johnny furtivos en Mwanza o una copilla perra en el Serengueto no habíamos catado gota de priva ni movido el esqueleto, conocido a backapakeras…estas cosas. No es que tuviéramos el SdA, pero nos gusta salir y sinceramente, no estábamos siendo nosotros.

Ricardo nos recogió en el hostel sobre las 8, en compañía de su amiga Leen, una chica de Amberes que se dedica a diseñar calzado en Arusha inspirado en los masai y que lleva 6 años ya en Tanzania sembrando de pura clase donde pisa. Per certo, el calzado esta muy guapo y aquí os dejamos la web por si nuestras lectoras quieren echarle un vistazo: www.leensamyn.com

El primer garito al que fuimos, me atrevería a decir que es sin duda el bareto más mítico en el que he privado en los días de mi vida. Un sitio autentico como pocos, localizado al final de una calle de tierra en la que se sucedían fogatas al lado del descampado, en el barrio chungo de Arusha. El primo de Ricardo bautizó el local como “el bar de los malos”, aunque para nosotros quedará en la memoria más bien como “el bar de los belos” porque ahí dentro solo se reunían grandes y maestros priva (ver www.meflipalapriva.galeon.com). Un bar pequeñito de mucha categoría con alcohol de primera, entero de madera con una decoración muy guapa que podría recordar a una mezcla entre el Stoz y el Ricorda (no se cuantos de vosotros podréis conocer estos dos locales, pero con que solo uno lo conozca se hará una idea muy grafica de lo hablamos).

Su dueño, Pali, era un cacho de miticazo que estaba tomándose unos whisky on the rocks con una amiga en la barra. Un tipo peculiar que podría parecerse a Paco de Lucia con alma de rastafari. En el bar solo sonaban clasicazos del rock and roll y los parroquianos estaban a la altura del garito. Ahí andaba Ángel, un barcelonés de los de greñas y Loquillo que se dedica a los safaris en África y unos americanos lo suficientemente belos para haber sido capaces de encontrar el garito. Hubo apuestas sobre la edad del camarero, un señor con apariencia muy mayor que solo tenia 58 años (le echamos 75). Así es la dura vida de buscarse las habichuelas en África, en este caso trabajando de noche con mucha vida sobre las espaldas.








Santa mitiquez de bar, recordaba sobre manera al “Raven”, el bar que Marion regenta en Patan, Nepal en Indiana Jones en busca del Arca Perdida. Perfectamente podría haber entrado Indiana Jones y sin abrir la boca Pali le habría puesto su cubata, algo que rasque seguramente para el gran Indiana, un orujo con cazalla, por ejemplo.



De ahí partimos a Empire, una especie de discoteca a la africana en la que el paisanaje no podía ser más variado. Mete en la termomix a un americano de 65 años y de dudoso y reprochable turisteo, unas 40 británicas gordas menores de edad ciegas y desesperadas por cazar a la “black mamba”, las correspondientes black mambas por ahí danzando, algún que otro rastafari (sois los jefes!!) y un grupo de españoles bastante capullines que estaban de voluntariado de farsa (y asi de claro lo dijeron ellos mismos), dale al botón, no pongas la tapa y lo que salpique será lo que sale de Empire.

Para el recuerdo quedarán las palabras que intercambié en el baño con el señor de 65 años, la versión americana del Monstro de Amsteted. En el mitico meadero que evacuas contra la pared el tío orinaba dando tumbos y con una risa contenida en su pelotazo, me miró y me dijo: Its a relief!! A lo que añadió, con más risas todavía: I can´t believe that my kidneys still work after 65 five years!! Casi exploto del descojono. El tipo se mataba a cubatas y era feliz, se sentía orgulloso y abrumado de que sus riñones funcionaran tras tanta tralla.

Y poco más, clásico lo que pasa en Arusha queda en Arusha y pal catre.

En África te despierta el gallo, pronto, o un frenazo de un coche y posterior pitada así que no hay espacio para sobatas. A las 8:00 estábamos en pie y Dark andaba merodeando por la zona…Habia una decisión que tomar: quedarnos en Arusha y privar de nuevo o ponernos en contacto con el tio del Kili e intentar adelantar un día el comienzo de la ascensión. Los que le conocéis bien ya sabéis lo que nos decía Dark: Quedaros chicos, privar y mañana nos vemos tras un doblete!! Pero lo cierto es que solo uno de nosotros le escuchaba esa mañana y los demás mantuvimos la cabeza fría para recordar al equipo que estábamos haciendo en Arusha. No habíamos venido a tomar copas sino a hacer historia y salir de copas de nuevo ponía en riesgo la gesta así que, tras confirmar con el del Kili que era posible adelantar un día la marcha (lo cual resultó falso a la postre) pusimos proa a la caótica estación de buses con el objetivo de plantarnos en Moshi a la mayor brevedad.

Mágicamente, como ya hemos adelantado anteriormente, nada más llegar a la estación había un autobús preparado para nosotros. 5000 sh para ir en un bus completamente petado de gente local una distancia de unos 100 km. Aunque una imagen habla más que 1000 palabras y nos fliparia mandaros el video que sacamos del autobús, necesitamos unos 90 minutos de wi fi para colgarlo en youtube, y ahora mismo no podemos. Prometemos, eso si, actualizar esta entrada en el futuro y compartirlo con vosotros. Os dejamos que echeis volar la imaginación pensando en como puede ser un bus cutre de africanos low cost con gallinas y probablemente reciclado de Vietnam o por ahi.

VIDEO BUS

Como detallitos que no salen en el video, por ejemplo, comentaros que el bus paró igual paró 20 veces en el trayecto y tuvimos que ayudarles a bajar unos sacales de patatas gigantes. O que por ejemplo en un momento dado se subió al bus un predicador que estuvo rajando más de media hora acerca de las cocacolas y demás cosas que no pudimos comprender. El tipo sacaba unos folios en los que advertía entre gritos de peligros mil, aunque en un momento temimos que estuviera diciendo: ahí atrás están sentados tres guiris que son unos cabrones, hermanos!! Cuando lleguemos a Moshi lo que tenemos que hacer es curtirles a palos!! Básicamente porque la gente no paraba de darse la vuelta y mirarnos. Realmente lo que quería hacer era vender su medicina casera perruna. Fue espectacular el momento en el que anuncio que llevaba encima la medicina con la que llevaba rayándoles todo el tiempo. La gente se excito a saco y empezaron a sacar billetes pues nadie quería quedarse sin ella y nosotros mismos nos dejamos llevar por la motivada. Zunzu, que tenía más capacidad de maniobra por no estar tan atrapado entre maletas hizo la gestión mientras le gritábamos: Zunzu tio compra!! Compra coño!! La necesitamos!!!

La escena fue algo así como esto:



(Cortamos un momento: LA PAPA NOS ATRAPA)

Llegamos a Moshi sin sobresaltos y localizamos el hotel elegido en el bus rápidamente gracias a la clásica corte de vendedores ambulantes que te acompañan allá donde vas. En este caso podemos decir que nos hemos quedado en un hotel hecho y derecho, y muy belo por cierto: el Hotel Kindoroco que desde YA recomendamos a todos nuestros lectores. Por 12,50 dólares la noche hemos tenido una habitación triple excelentoria en la que estaban cuidados todos los detalles. Por ejemplo la mosquitera está puesta con la mítica estructura que vuelta sobre la cama, así no te cae encima mientras duermes. Además tiene una terraza en la azotea mágica desde la que se divisa el Kilimanjaro, que está literalmente sobre la ciudad, aunque normalmente rodeado de nubes. Solo hemos podido verlo brevemente ayer por la tarde y por cierto…es MUUUUUUY tocho. Moshi es bastante más agradable que Arusha, es una ciudad pequeñita con aire montañero y hemos estado muy a gusto estos dos días descansando en ella.

Los hoteles aquí en Tanzania sirven de burladeros de vendedores y chapas, ya que nunca cruzan la puerta (aunque esperan pacientes a que vuelvas a salir). Dentro de sus muros lo normal es que nadie te atosigue y más en Kindoroco, que es belo. El caso es que en el lobby había un par de tipos con buena pinta, que además empezaron rajando de los vendedores a fin de diferenciarse de ellos. Nos dejamos embaucar por sus cantos de sirena, especialmente porque nos llevaron a comer y teníamos mucha papa. Ejercitando uno de los mayores por la caras que he presenciado, uno de ellos (igualito al malo de 300 pero sin cadena de nariz a la oreja) se pincho con nosotros a comer sin comer nada y aguantando estoico como pasábamos de él y hablábamos de nuestras cosas en español. No era plan encima dar palique a un tio que se sienta en nuestra mesa porque le da la gana. El tio de vez en cuando nos soltaba alguna rollo: aquí lo que está muy guapo es ir a las cataratas; el planazo es ir a una plantación de café a ver el Kili; yo tengo una tienda muy guapa que igual os mola ver, etc. Como pasábamos de él se empezó a impacientar y comenzó a vendernos absolutamente de todo, a lo que le contestábamos que no, que gracias pero que ya teníamos de todo. Parecía que ya no podía vendernos nada más y que le habíamos vencido cuando se le encendió una lucecita en la cabeza y sonriendo nos dijo: Ya se lo que no tenéis y os hace falta: UN SOMBRERO!! Acojonantemente forzada. Fue bastante cómico.

La comida por cierto fue una barbacoa cutrilla que nos cobraron como si fuera buena plc. Nos dieron el palo, vaya.

La tarde la pasamos resaqueando por el hotel y a ultima hora fuimos a dar un paseíto sin más por Moshi, aunque había mucho viento que levantaba una polvareda muy poco bela.
Antes de ello pudimos conocer a Lio, el nota que va a acompañarnos hasta la cima del Kili en breve y que aunque tuvo un inicio poco prometedor (parece tímido el gallu) poco a poco fue ganándonos y al final hubo consenso bastante generalizado de que estamos en buenas manos. De alcanzar la cumbre, será su vez 91. Bonito numero.

Y es que en estas estamos rafikis: the finest hour is here, que habría dicho Sir Winston Churchill. Dentro de una hora nos volveremos a desconectar del mundo durante 7 días aproximadamente, empezando por coger el dala dala a Marangu, desde donde comenzaremos nuestra ruta, el domingo. Si todo va bien pensar que el martes a las 23:00 hora española empezaremos el ataque final a la cumbre desde el campo 3, Kibo Huts. Os pedimos oración y apoyo desde la madre patria. El Joaco, que de tan amigo es casi hermano, ya ha puesto la velita en la Pilarica!!

Van a ser 7 días de sangre, sudor y lagrimas que esperamos convertir en polvo sudor y hierro, el Cid cabalga, conquistando el techo de un continente nada menos. Para ello contamos con la tenacidad y el orgullo de todo buen español, nuestro flamante equipo “quechua” a tope y las belísimas soroche pils que el Tala ha “cocinado”. Si amigos, tenemos nuestra propia mierda para combatir el mal de altura. Ya que no ha podido llegar a tiempo el fruto de la pachamama que encargamos desde nuestro querido Perú, Talavera se ha puesto el traje de Walter White para transformarse en Talaberg y cocinar estas ricuras que esperamos nos ayuden a conquistar el Manjiattas. A él, por tío grande y por jefe le dedicamos el narco corrido de Heisenberg:





En el capítulo de dedicatorias hoy tenemos tres muy especiales. Aprovechando que hemos abierto el mercado, el que suscribe quiere desear a toda la Comunidad Puertochico 2014-2015 una muy bela liga libre de lesiones. Filetino Pérez me pide que os pinche de su parte Dj Ferros el inmortal himno que tanto nos ha dado y tanto le debemos:



A los Paulinos de la Priva, vanguardia absoluta en grupos de whatsapp y devotos amigos que nunca duermen si antes tienen que reir, les dedicamos el siguiente temal, cuya letra es nuestra promesa: nos vamos, pero no volveremos sin ella. Sabed hermanos que aquí en los hoteles cuando te registras tienes que rellenar el hueco de tribu, entre tus datos personales. Talavera y Zunzu se identifican siempre como Paulinos de la Priva. Yo personalmente soy de la tribu raquera.



Y por último a nuestro amigo Felipe (Filete) enamorado de las montañas como pocos a quien nos habría encantado tener de compañero en nuestra cordada hasta el cielo de África. Filete, tu sabes bien por qué subimos montañas: porque están ahí.



Poco más tengo tenemos que decir. Estamos algo nerviosillos y tenemos todas las ganas del mundo. Con toda nuestra fuerza prometemos dejarnos la piel, que no la salud (tranquilos padres y madres) en la montaña y presentar al mundo nuestra foto con el cartel del Pico Uhuru detrás y la enseña nacional ondeando en lo más alto. Llevamos a fuego grabadas las palabras de Hemingway en su inmortal Las Nieves del Kilimanjaro:  “entonces, comenzaron a ganar altura hacia el este, parecía; después, oscureció y se encontraron en plena tormenta, la lluvia tan espesa que podía haber creído volar a través de una cascada, y después salieron de ellas y Compie volvió la cabeza y sonrió, señalando a algo con el dedo, delante de ellos, todo lo que pudo ver, tan vasta como el mundo, inmensa, alta e increíblemente blanca bajo el sol, era la cima cuadrada del Kilimanjaro. Y entonces comprendió que era a donde iba.”

Kwaherini a todos!!


Zunzu&Tala&Chelas

Pd: Ayer rompimos nuestro record de caminar sin que nos atosigara la gente. 2' 47'' y unos 678 metros recorridos!!! Nada mal. Sospechamos que en el grupo de whatsapp: Cazadores de Turistas en el que están todos los vendetores rafikis locales, han rulado ya nuestra foto con la leyenda: tienen de todo, incluido sombreros. No perder el tiempo.

Así sea!

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